El Libro de Thoth que ahora presentamos al público lector de habla castellana fue publicado en una edición de 200 ejemplares tres años antes de la muerte de Crowley. En él, tanto como a un estudio sistemático y una descripción exhaustiva de las cartas, asistimos a una exposición plagada de sugerencias de la filosofía mágica del autor. El siempre difícil equilibrio entre la Tradición, por la que a veces se ha abogado de manera hipócrita, y la «Revolución», a la que se suele invocar de forma harto inconsciente, queda patente en la obra de Crowley siempre que el lector encuentre y encarne el mensaje último. Quizá el Aeón de Horas sirva para aclarar con su Espada Thelémica esta aparente contradicción. No obstante, a la Diosa de la Verdad, Maat, corresponde sintetizar la paradoja en una pluma de Justicia (Ajuste o Equilibrio, que diría Crowley). De denostada, criticada y despreciada, la figura del Maestro Therion ha pasado a ser vindicada de forma unánime por los nuevos hijos del Aeón. Sin embargo, difícilmente puede convertirse en gurú quien habla al núcleo del individuo proclamando el «Haz lo que quieras». Pues sí, empeño imposible, quisiéramos resumir su pensamiento mágico, tendríamos que remitirnos a ese versículo del Libro de la Ley que dice: «Hacer lo que tú quieras será la totalidad de la ley. Hazla y nadie se opondrá». Como bien dice Lilly, espacio interior no hay más que uno, el propio. Y, aunque muchos los caminos de acceso, también una la llave, la Voluntad Verdadera. A esta Voluntad Verdadera es a la que invoca Crowley para llevarnos por un camino, el suyo, a nuestro propio espacio interior. Comprendido esto, la tarea que queda por delante es la de encarnar esta nueva simbología adaptada al Nuevo Aeón. El modo de llevarla a cabo depende de lo que cada cual «quiera». Con todo, se nos sugiere que, como Rueda que es, pongamos a rodar el Tarot en nuestra mente, lo llenemos y vaciemos, como si de una vasija se tratara, de significados y relaciones Negro. Todo se reduce a la ecuación y economía sublime del Universo: Cambio = Estabilidad. Una larga vida consagrada a la más noble de las Artes, la de conocerse a sí mismo, que es conocer a NEMO, se ve coronada con la baraja Crowley/Harris, compendio de la sabiduría de la Bestia y la intuición y entendimiento de Sóror Tzaba. Los eternos Yang y Yin que se dan la mano para producir un nuevo Hijo Mágico. Y las condiciones para su alumbramiento no podían ser más felices; el valor qabalístico de Tzaba es 93, como Thelema, como Aiwaz. Y es también Tzaba la última shakti que asiste al Maestro en su iniciación última, la de Thanatos. Coincidencias todas ellas sublimes. La serpiente que se muerde la cola. Como en el propio texto, abundan en las cartas digresiones y referencias que, inmersas en la tradición del Tarot, nos obligan a transitar por los caminos hermanos de la filosofía y la ciencia. Y si las divergencias de cartas como El Loco, Lascivia o El Aeón respecto a las mismas cartas de otras barajas pueden prestarse a confusión en un primer momento, el estudio profundo nos revela una confirmación a nivel aeónico de la Tradición Una de la que proceden, la Santa Qábalah. Sirva ello para comprender también que la Fórmula del Tetragrammaton ha dejado de ser la rueda fatal y cerrada de nacimiento y muerte para transformarse en una máquina autoalimentada de evolución abierta y vida. Como en Líber AL, Líber Aleph, El Libro de las Mentiras y tantos otros escritos en Clases A y B, se nos hace imperiosa en El Libro de Thoth la tarea de la lectura entre líneas. El afán de transmitir tanto obliga al lector a ajustar todas las piezas de su maquinaria intelectual e intuitiva. Así pues, en el texto presente, de nada serviría una lectura precipitada. Case, por tanto, el lector cada reflexión y símbolo con su opuesto y complementario; transmute lo grosero de lo evidente en material más perfecto al que, con el mismo método de apasionadas uniones, se vaya purificando gradualmente de toda escoria.
El Libro de Thot
Doble hoja: 160
total: 294
Crowley Aleister