Mi nombre es Estefanía, pero mis consultantes me conocen como Atenea. ¿Por qué elegí ese nombre? Primero, desde siempre me he sentido identificada en  esta diosa griega y maestra ascendida. Siento que cada una de sus características deberían ser reflejadas en cada uno de nosotros; por ejemplo, si bien es la diosa de la guerra, lo es de la guerra estratégica, es decir que no se dejaba llevar por la hibrys de la guerra sino más bien lograba entrar en combate logrado la victoria de la mejor forma posible y con el menor sacrificio, invitándonos a ser inteligentes y estratégicos a la hora de enfrentarnos con los obstáculos de la vida. Así como también diosa de la sabiduría, de las ciencias, la habilidad, incentivandonos a desarrollarnos y cultivar nuestras habilidades y razón. Y por último de la justicia, una palabra tan aclamada y tan poco utilizada. ​ Sin duda ella es el principal ser celestial al que pido ayuda y consagro mis mazos de tarot, runas y oráculos, para que su luz me guíe con fe y justicia a ayudar a los que más lo necesitan. 

Desde pequeña siempre me he visto atraída a las artes, digamos adivinatorias, aunque prefiero decir de "crecimiento interno y personal". Para mi el tarot como las demás herramientas que utilizo son guías que nos ayudan a atravesar los momentos oscuros de nuestras vidas, aprender de las vivencias y conocernos mejor para evolucionar como personas, amarnos, aceptarnos y empoderarnos.